¿Qué es una miocardiopatía?

¿Qué es una miocardiopatía?

La miocardiopatía es una enfermedad del músculo cardíaco, conocido como miocardio. En esta afección, el músculo cardíaco se vuelve anómalo, debilitado o agrandado, lo que lógicamente afecta a su capacidad para bombear sangre eficazmente a través del cuerpo.

La miocardiopatía, además, puede ser hereditaria o adquirida.

Si nos acogemos a la clasificación realizada por la Organización Mundial de Salud (OMS), podemos diferenciar dos tipos de miocardiopatías.

Miocardiopatía extrínseca

Se hace alusión a este término cuando el músculo cardíaco se ve afectado o dañado debido a factores externos.

Dentro de este tipo de miocardiopatías podemos encontrarnos la miocardiopatía hipertensiva, la miocardiopatía inflamatoria, la miocardiopatía por enfermedad metabólica sistémica y la miocardiopatía alcohólica.

Miocardiopatía intrínseca

Cuando el origen de la enfermedad del músculo cardíaco está dentro del propio corazón, entonces hablaremos de miocardiopatía intrínseca.

Esto tipo de miocardiopatía puede tener diferentes causas y son clasificadas según las características de la enfermedad, diferenciando principalmente cuatro:

• Miocardiopatía dilatada:

El músculo cardíaco se vuelve dilatado y debilitado, lo que afecta a su capacidad para bombear sangre.

• Miocardiopatía hipertrófica:

El músculo cardíaco se engrosa de una manera anómala, lo que dificulta que el corazón se llene de sangre y pueda bombear correctamente.

• Miocardiopatía restrictiva:

En este caso el músculo cardíaco se vuelve rígido y menos elástico, lo que también produce una mayor dificultad para el llenado del corazón y posterior flujo sanguíneo.

• Miocardiopatía arritmogénica:

En esta forma de miocardiopatía, hay una sustitución gradual del músculo cardíaco normal por tejido fibroso y adiposo en el ventrículo derecho, lo que puede conllevar a arritmias peligrosas.

El tratamiento de las miocardiopatías intrínsecas depende del tipo y la gravedad de la afección, y puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida, intervenciones quirúrgicas o incluso trasplante de corazón en casos severos.

Por lo que es crucial disponer de la evaluación y el seguimiento por parte de un profesional médico especializado en cardiología.

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